ELDER CAMARGO

07.06.2013 18:08
Mensaje de los líderes del Área
Los jóvenes
y el Obispo
Élder Hernando Camargo Pedraza
De los Setenta
H
ace treinta y dos años, cuando aun
pertenecía a los hombres jóvenes de
mi barrio, tuve la maravillosa oportuni-
dad de contar con el apoyo, amor y compañía
de mi obispo.
 
En esa época los miembros contribuíamos
con ofrendas para pagar los servicios públicos
del centro de reuniones y ya que los hombres
jóvenes asistíamos dos noches por semana a
practicar microfutbol, sabíamos de la factura
de energía eléctrica del barrio y ayudamos con
amor, pues eso era lo que recibíamos de nuestro
obispo. Todas las noches que jugábamos, él estaba
presente para acompañarnos, animarnos, co-
rregirnos y refrescarnos. Creo que en esa
época él sabía, por revelación, que los jóvenes
eran su principal responsabilidad y la cumplía
cabalmente.Losdías que le correspondían, él estaba
presente en la mutual, en nuestras charlas fogone-
ras, en los shows de talentos, en las clases del
Sacerdocio Aáronico, en las clases de seminarios
e institutos.
El Obispo que cumple esta
parte importantísima de su
llamamiento no solo estará sin
mancha ante el Señor, sino que
estará colocando los cimientos
de una sociedad más justa en
la que los miembros jóvenes de
la Iglesia van encontrando su
lugar, asumiendo sus respon-
sabilidades familiares, laborales
y eclesiásticas, ejerciendo una
influencia positiva en su medio
y ayudando a sacar a la luz la
Iglesia.La etapa de la vida en
la que se encuentran los jóvenes
en el mundo, se hace más fácil
de atravesar cuando buscan y
confían en el brazo del Señor,
representado en su obispo.
Las actividades pueden parecer aburridas
, iguales pero son una oportuniad para establecer
amistades perdurables, para brindar una guía
desinteresada y la protección
contra esa guerra cruel, que se ha trasladado del
mundo preterrenal a este, nuestro mundo.
 
Uds jóvenes son lo mejor que tenemos en
esta Iglesia, son espíritus especiales, fuertes e
inteligentes, rápidos para aprender y serios en
sus convenios; cuando alguien trate de desviar-
los de sus creencias podrán saber con absoluta
certeza que no es su amigo, cuando sus intere-
ses particulares choquen con la enseñanza que
reciben en sus clases dominicales o de semi-
narios, sepan que es el momento de corregir y
buscar ayuda y cuando necesiten de esta última,
podrán contar con la inspiración de un obispo
que bajo el manto de su llamamiento encontrará
la manera de guiarlos como lo haría el Señor.
 
Expreso mi agradecimiento a todos los buenos obispos
de la Iglesia y mi testimonio a todos sus jóvenes
de la vibrante realidad de la resurrección del Salvador y de
cómo todos los que tenemos fe en Él, podemos esperar un
mundo mejor. En el nombre de Jesucristo, amén.
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